El PP gana en las urnas, pero PSOE e IU podrían formar Gobierno en Extremadura
El PP logra 32 escaños, pero la suma de PSOE (30) e IU (3) podría arrebatarle el Gobierno
El socialista Fernández Vara ha ofrecido diálogo a IU para crear un 'Ejecutivo de izquierdas'
Pedro Escobar (IU) ha recordado que 'las posiciones están muy claras'
El PP consigue la victoria en 17 de los 20 principales municipios extremeños
jueves, 19 de mayo de 2011
REVUELTAS EN MADRID CONTRA LOS PARTIDOS POLÍTICOS.
Miles de españoles seguían acampando el jueves en el centro de Madrid para expresar su malestar contra los partidos políticos y la forma en que el país ha manejado la crisis económica, en un movimiento conocido como la "revolución de los indignados".
Muchos de ellos pasaron su segunda noche consecutiva en tiendas de campaña o cubiertos con mantas en la céntrica Puerta del Sol de la capital española. Convocadas a través de las redes sociales, otras acampadas pacíficas se reprodujeron en ciudades como Barcelona, Granada, Valencia o Zaragoza y amenazaban con alterar la recta final de la campaña electoral para las elecciones municipales y autonómicas del domingo.
El Junta Electoral de Madrid, que vela por la limpieza de la campaña, prohibió la manifestación del jueves por la noche en Sol, argumentando que podía alterar los comicios. Unos 500 agentes de la policía antidisturbios montaron guardia frente a la muchedumbre, aunque finalmente no intervinieron y no se registraron incidentes.
La Junta Electoral de la capital y de otros municipios tenían previsto reunirse a lo largo del día para tomar una decisión sobre estas protestas, que pretenden seguir vivas al menos hasta el día de las elecciones.
El vicepresidente y ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, dijo que ante un eventual desaolojo de los manifestantes, la policía "resuelve problemas, no los crea".
Las protestas son un remanente de las manifestaciones convocadas el pasado domingo por la plataforma apolítica Democracia Real ¡Ya!, que han generado un airado debate en todo el país.
introducción del euro tuvo lugar el 1 de enero de 1999, convirtiéndose así en la moneda de más de 300 millones de ciudadanos europeos. Durante los tres primeros años fue una moneda que no circulaba y que se utilizó únicamente a efectos contables como, por ejemplo, en los pagos electrónicos. El efectivo en euros no fue puesto en circulación hasta el 1 de enero de 2002, fecha en la que reemplazó, con unos tipos de conversión irrevocables, el efectivo en las monedas nacionales respectivas, como el franco belga o el marco alemán.
En la actualidad, los billetes y monedas en euros tienen curso legal en 17 de los 27 Estados miembros de la Unión Europea, lo que incluye a los departamentos de ultramar y los territorios e islas que forman parte de dichos estados o tienen un estatuto de asociación con ellos. Estos países son los que integran la zona del euro. Los pequeños estados de Mónaco, San Marino y Ciudad del Vaticano, utilizan también el euro en virtud de un acuerdo formal con la Comunidad Europea. Andorra, Montenegro y Kosovo utilizan asimismo la moneda única, aunque no exista un acuerdo formal.
Tipos de conversión irrevocables del euro:
€
Moneda
1
BEF 40,3399 (francos belgas)
1
DEM 1,95583 (marcos alemanes)
1
EEK 15,6466 (coronas estonias)
1
IEP 0,787564 (libras irlandesas)
1
GRD 340,750 (dracmas griegas)
1
ESP 166,386 (pesetas españolas)
1
FRF 6,55957 (francos franceses)
1
ITL 1936,27 (liras italianas)
1
CYP 0,585274 (libras chipriotas)
1
LUF 40,3399 (francos luxemburgueses)
1
MTL 0,429300 (liras maltesas)
1
NLG 2,20371 (florines holandeses)
1
ATS 13,7603 (chelines austríacos)
1
PTE 200,482 (escudos portugueses)
1
SIT 239,640 (tólares eslovenos)
1
SKK 30,1260 (coronas eslovacas)
1
FIM 5,94573 (marcos finlandeses)
Flujos de efectivo en la zona del euro
Los billetes (y monedas) en euros circulan por toda la zona del euro debido principalmente al turismo, los viajes de negocios y las compras transfronterizas. Con anterioridad a la introducción del euro y de forma mucho más limitada, los billetes nacionales «cruzaban» también fronteras y después era necesario «repatriarlos» al banco central que los había emitido, principalmente a través del sistema de bancos comerciales. Este tipo de devoluciones no son necesarias con el euro. Sin embargo, dado que gran cantidad de los billetes en euros no permanecen en el país en el que fueron emitidos sino que se utilizan para efecuar pagos en otros países de la zona del euro, los bancos centrales nacionales deben redistribuirlos a fin de evitar un déficit de billetes en un determinado país y un excedente en otro. Estas transferencias de grandes cantidades de billetes están financiadas y coordinadas de forma centralizada por el BCE.
El efectivo: un instrumento de pago indispensable y eficiente en términos de costes
El efectivo conserva su importancia entre las distintas formas de pago, pese a la generalización de las tarjetas, los adeudos directos y otros medios de pago distintos del efectivo en las últimas décadas.
El Eurosistema mantiene una posición neutral en relación con los distintos instrumentos de pago. Sin embargo, para que el funcionamiento de los sistemas de pago sea fluido y eficiente, se requiere una combinación de instrumentos de pago con distintas características y ventajas. El efectivo es, con mucho, el instrumento de pago más utilizado en la zona del euro, en la que circulan ochocientos mil millones de euros aproximadamente.
Como instrumento de pago, el efectivo presenta algunas características singulares:
es el instrumento de pago más barato para pequeños pagos al por menor. El coste medio de las operaciones con efectivo es inferior al de las operaciones con instrumentos de pago electrónico comparables;
es el instrumento para pagos imprevistos más importante de la actual infraestructura de pagos;
está al alcance de todos, ya que garantiza que personas que no disponen de cuentas bancarias, que tienen un acceso limitado a las mismas o que no tienen la posibilidad de utilizar medios de pago electrónico puedan efectuar pagos.
permite a los consumidores controlar mejor el gasto; y
resulta seguro frente a la falsificación y el fraude.